Eichhornia Crassipes, versus Ctenopharyngodon idella.

El Guadiana es un rio amable, y no se merece los políticos que lo gestionan.

De vez en vez disponen alarmas interesadas, enarbolando la presunta maldad de un humilde Jacinto, eso sí, de agua.

Ya sabéis mi debilidad por las causas perdidas y los inmigrantes; El denigrado camalote cumple todos los requisitos.

La ignorancia lleva a la difamación, y como los americanos del norte todo lo arreglan, o con dinero o con bombas, pues por aquí no íbamos a ser menos. Así que llega alguien con ganas de trabajar limpiando nuestras aguas de porquería, o embelleciéndolas de verde y lila, y lo maltratamos a las primeras de cambio, no sea que le vaya bien y se quede.

Lo curioso de esta laboriosa planta es la versatilidad agroecológica que supone. Llevan los chinos utilizándola desde el siglo XIV en sistemas mixtos de aprovechamiento “cerdos – gramíneas/camalote – peces”. ¿Quién dijo que el camalote y la bellota no se complementan?

No parece que los bienintencionados gobernantes de aquestos lares hayan acusado registro de entrada. El Jacinto de agua es sumamente beneficioso asociado a la carpa herbívora, aunque dudo que le faciliten el visado dada su condición de ex-comunista. Además los pescadores tendrían que respetar una veda impopular y preferirían usar gorgojos.

Cuentan las hermosas leyendas guaraníes, que no bajó el camalote por el Paraná antes de que llegasen los españoles. Qué sabe nadie.