Y Alicáncano. Y Humo, voluta roja.

viernes, 22 de mayo de 2009

Analfabetos funcionales.

La mayoría de las personas que conozco son analfabetos funcionales, no saben usar mínimamente las herramientas informáticas.

Puede ser que, como dice mi padre, no les merezca la pena el esfuerzo, ya que no tienen ninguna intención de utilizarlas. Mi padre tiene 79 años.


Me cuenta mi señora esposa, que el otro día, en la clase de mi hijo de diez años, andaba su señor maestro peleando con su güindos atascado, que no le iba ni para atrás ni para adelante el puñetero. En esto llama al chaval, al que suele suspender a menudo en matemáticas, pero que es muy despierto en
aquestos y esotros menesteres, para que le ayude a salir del lance. El muchacho, ni corto ni perezoso, con cierto desparpajo, le pulsa las teclas control+alt+supr y finaliza tarea, seguidamente se va a su sitio.
Imaginar la cara de mi hijo camino de su pupitre es una gozada, imaginar la de su engolado preceptor no tiene precio.
En todo caso es una historia muy triste, ni siquiera el orgullo paternal del que la cuenta, ni que la gran mayoría del cuerpo docente también sea analfabeto funcional, eximen en modo alguno la ignorancia de quien dedica su vida laboral a enseñar. Han tenido tiempo de sobra de ponerse al día y ahora los alumnos les dan sopas con ondas.

Es una pena que no enseñen a nuestros hijos con el diccionario a mano, que tengan miedo a enseñar matemáticas con una hoja de cálculo, miedo a enseñar a escribir usando el corrector ortográfico, miedo a la enciclopedia esa que hizo fracasar
encarta y larousse, porque es libre y está viva, y que tenga tantas lagunas en español porque los maestros no saben escribir en ella, con todo lo que pueden aportar.

De mi trabajo mejor no hablar, no solo tengo que luchar diariamente contra al creencia generalizada de que soy "el informático", sino también contra la infravaloración que aplican a todo lo que desconocen. Están consiguiendo que no dé soporte a nadie, especialmente a los ilusos de libre designación.

Conozco muy pocos políticos, y todos son analfabetos funcionales. Seguro que los habrá que se manejen, pero me da que la gran mayoría están pez. Y como en el trabajo, la ignorancia conlleva desprecio o satanización. O peor, a confiar plenamente en carísimos
informes pagados (Y por tanto interesados), que por lo que cuestan deben ser buenísimos.
Así nos va, con una ministra
sgaera, a los pies de la todopoderosa timofónica y de la mano de mocosof.


Atrás quedaron algunas buenas ideas malogradas porque al personal no le salió, de donde sale la real gana, ponerse un poco al día. Le voy a decir a mi hijo que, la próxima vez que el maestro necesite sus servicios, solicite a cambio el aprobado en cualquiera de las asignaturas que suspende. Yo por mi parte me voy a descojonar cada vez que algún político me pida el voto para las próximas elecciones.

Que os den,... cursillos.


lunes, 4 de mayo de 2009

La humilde salema

Llámase salema, zulema, salpa, hasta cagona, por la comprensible descarga que suele regalar a quien osa pescarla, y como dicen los provincianos, es de la tierra, digo del mar, de nuestro litoral.

Se defiende este pescado como buenamente puede, es de los poquitos que come algas, y algunas le prestan su amargor. De todos modos, acepta muy bien un buen adobo y para gustos los sabores.

Andaban los ecololeches, con sus alarmismos y sus Caulerpas taxifolias, preocupadísimos por sus praderas de posidonia y zarandajas varias, asustando a diestro y siniestro, y reclamando fondos públicos (de todos) para erradicarlas.

En esto va la salpa y, comer por comer, tragona ella, le da por ramonear caulerpas cual si de estimada posidonia se tratase, solo por diversificar la dieta, por capricho, mire usted señor ecololeche. Al principio no nos atrevíamos porque decían las malas lenguas que era muy dañina, pero ya se sabe, si quieres que un producto tenga éxito solo tienes que prohibirlo, declaró un portavoz cualificado del colectivo de cagonas.

Ahora prohibirán pescar salpas, si no prohíben algo quedan faltos de esencia. Con lo tranquila que estaba la humilde y despreciada salema en su amplio espacio natural.

Es una pena que nos hallan descubierto, afirmó el portavoz en voz baja, ya no nos dejarán en paz, nos estudiarán, nos diseccionarán, nos criarán en cautividad, y conseguirán crear una gripe salpuna que justifique nuestra erradicación, y ellos, la verdadera plaga, los ecololeches de pro, ascenderán a político del PPSAGAE, para poner coto al LINUX, y a la internete esa. Que ya se sabe que no hay que alterar el orden (natural) de los beneficios, y si la industria discográfica o el modelo informático están obsoletos, se los protege, faltaría más, que la santísima sgae, san regüindos, sor santa teresa de la vega, la señora de san zapatero y sus estipendios están en peligro de extinción.

Con la iglesia hemos topado, con sus gurus de bata blanca, negra, verde, … que hay colores para todos los gustos y solo nos queda lo que a la humilde cagona; Tragar con todo, y con un poco de suerte, pasar desapercibidos.

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